Es mucha y muy diversa la información que puede encontrarse en Internet respecto al supuesto origen de la danza oriental, pero la verdad es que es difícil encontrar testimonios anteriores al siglo XIX, por lo que toda esa información pasa a ser poco más que un conjunto de teorías.
Desde La Torre de la Odalisca queremos ayudar a esclarecer un poco esas confusas ideas, basándonos no solo en la más o menos fiable información de la red, sino también en un estudio un poco más personal del tema
Junto con la música y la pintura, la danza es una de las primeras representaciones artísticas que experimenta el ser humano en cualquier cultura del mundo. Son pocos los estudios formales que se han realizado y casi toda la información procede de investigaciones no profesionales.
Centrándonos en la danza del Medio Oriente y Egipto, existen varias teorías principales para explicar su origen. Estas son:
- La danza del vientre procede de un baile de tipo religioso que paraliticaban las sacerdotisas en los templos.
- Formaba parte de las prácticas tradicionales de alumbramiento y preparación al parto.
- Era una variante de las danzas gitanas de origen indio.
- Las mujeres hacían esto como un baile a la luna, era un baile nocturno y
dejaban su vientre descubierto para que les diera fecundidad.
Sea cual sea el origen, la danza oriental tiene una larga tradición a pesar de las restricciones islamistas que rechazan la representación de seres humanos. Así, se encuentran referencias a esta danza en los muros de los palacios islámicos del siglo VII, o en pinturas persas del siglo XII.

Sobradamente conocida es la vinculación de esta danza con las esclavas.
No obstante, estas existieron antes que el Islam, aunque entonces sólo
pertenecían a los más ricos y jefes de tribus. Las esclavas, al igual
que lo pudieron ser las geishas en Japón, eran mujeres refinadas y
sumamente instruidas. Se dedicaban al canto, a la danza, a la poesía y a
la música. Eran el “objeto” más valioso al que el señor podía aspirar
y, por ello, él mismo se encargaba de formarlas, poniendo a su servicio a
distintos expertos. Dentro de su cautiverio físico, eran las mujeres
más libres, pues convivían con los señores y acompañaban a sus
visitantes, algunos de los cuales se convirtieron en sus protectores.
Las
esclavas también se movían en otros ambientes menos selectos como las
tabernas. Se vestían a veces con ropajes masculinos y se peinaban
alargando las patillas por las sienes en torno a las orejas. Se
adornaban con brazaletes y ajorcas y se cubrían el cuerpo con tejidos
transparentes. Servían el vino mezclado con agua y cantaban y bailaban
guiadas por los gustos de los asistentes. Entonaban versos conocidos por
todos, muchas veces de tipo elegíaco y amoroso.
La danza viajó
con las esclavas que iban en caravanas de Oriente a Occidente, llegando
hasta Al-Ándalus. En este devenir, se produjo así un rico intercambio
cultural por todo el Mediterráneo. La danza del vientre también fue
conocida por los fenicios, que la transmitieron a otros países. Y por
supuesto, este baile se vio influido por otras culturas, como la
africana, la persa, la macedonia y la beréber.
Durante el siglo XVIII se empieza a escuchar hablar de esta danza en el resto de Europa, ligada siempre al misterioso mundo del harén.
Entonces, se distinguían en Egipto dos tipos de bailarinas:
- Las gawazi son gitanas que poblaron el Nilo. Se cree que emigraron desde la India. Actuaban, junto a otros artistas, en las plazas y en las ferias. También practicaban otros oficios, como la lectura del café, hacían tatuajes, circuncidaban a los niños, hacían predicciones del futuro. Estaban mal vistas y no gozaban de buena reputación por acostumbrar a ir acompañadas por ladrones y por su poca higiene personal. Acostumbraban a utilizar zagats (o crótalos). Fueron perseguidas y desterradas o asesinadas durante el siglo XVIII y XIX, pero a partir del siglo XX fueron asentándose en Egipto.
- Las awalim estaban bastante mejor vistas que las anteriores. Actuaban en las casas de los ricos y además de bailar, sabían cantar y recitar poesía. Literalmente significa "las que saben" y algunos autores sostienen que son las sucesoras de las antiguas qainas. En los siglos XVIII y XIX se convirtieron en el ejemplo de artistas educadas y comprometidas.
Además existían otros tipos de bailarinas en el resto del territorio:
- Los Kawals eran una generación de bailarinas que
se instalaron después del gobierno de Mohamed Alí en los rededores de
la ciudad del Cairo obteniendo dinero por sus espectáculos. En realidad
eran hombres que se hacían pasar por mujeres para tomar el lugar de las
Gawazi en las calles.
- Las Odaliscas eran
esclavas cultas que habitaban en los harenes turcos para satisfacer las
necesidades de las esposas del sultán, eran entrenadas en danza, música,
poesía y seducción y contaban con la posibilidad de ascender de
categoría y convertirse en una de las concubinas del sultán. Sin
embargo, no todas las odaliscas eran presentadas con él, al menos que
tuvieran una belleza excepcional y mucho talento.
Las Ouled Nail eran una tribu
de bailarinas de Argelia que habitaban en el desierto de Erg. Aprendían
a bailar desde muy pequeñas para poder abandonar el hogar a los doce
años y convertirse en bailarinas nómadas, moviéndose entre oasis y
ciudades distintas, de la mano de mujeres que ejercían con ellas. Este
estilo de vida continuaba hasta que conseguían el dinero suficiente para
su dote, y así poder reintegrarse a la familia como amas de casa o
dedicarse a seguir guiando a las ouled nail más jóvenes.
Su
atuendo era muy cargado de adornos, con grandes monedas y sofisticados
vestidos, muy maquilladas y con abundante joyería. Las monedas que
utilizaban en sus atuendos dejaban mostrar evidencia de sus logros. El
estilo de danza de estas mujeres era muy terrenal, estaba caracterizada
por shimmies de hombros y ondulaciones de vientre, así como golpes
fuertes de cadera. Las ouled nail han influido mucho en lo que
actualmente conocemos como la danza árabe tribal estilo americano.

Hasta el año 1930, los bailarines habían
actuado sobre todo en casas de gente o en cafés. Ese año, en El Cairo,
una mujer libanesa llamada Badia Mansabni abrió una sala de fiestas
llamada Casino Badia. Esta sala se hizo muy popular. Tenía un programa
diverso que se basaba en el oriente y ofrecía bailarines, cantantes,
músicos, comediantes y números europeos.
La danza oriental siempre se había
bailado en espacios pequeños. En el Casino Badia tuvo que ser adaptada a
escenarios grandes. Badia Mansabny además de formar a sus bailarinas
trabajó con coreógrafos y bailarines europeos para incluir elementos de
otras danzas (ballet). Estas bailarinas actuaban normalmente en grupos,
aunque las que destacaban por su talento hacían a veces un solo.
Durante esta época se puso de moda el
traje de dos piezas con pedrería y flecos que estaba inspirado en las
películas americanas.
En
esos años se produjeron un montón de películas en Egipto y era habitual
incluir alguna escena de danza o tener una bailarina como protagonista.
Muchos cazadores de talentos iban al Casino Badia buscando bailarinas
para estas escenas. Las bailarinas actrices tuvieron mucho éxito entre
el público.
Hoy en día prácticamente todas las mujeres árabes
bailan raks báladi, aprenden desde niñas en las fiestas y reuniones
familiares, pero son pocas las que se animan a ser profesionales, porque
ser bailarina no está bien visto en una sociedad tradicional musulmana.
Esperamos que la información haya resultado interesante y útil.
Besitos de parte de
La Odalisca.