Nos encanta la danza. Eso es algo que suponemos que tenemos en común con todos los que nos visitais y leeis. Sin embargo, es cierto que hay una serie de malas costumbres que se repiten en el mundillo de la danza, especialmente en este en el que nos movemos y que consideramos que son cosas que lamentablemente hacen perder mucho valor al trabajo que realizan muchos artistas y que nos impiden formarnos del todo correctamente cuando somos alumnos.
"Me encanta la danza, pero solo cuando bailo yo o alguna de mis amigas"
Y es que ir a espectáculos ya no se lleva a nos ser que conozcamos a alguien del elenco. ¿Donde ha quedado la costumbre de ir a ver espectáculos de danza solo por el hecho de disfrutar de ella, de aprender y de descubrir nuevos artistas? Consideramos esta costumbre una verdadera lástima ya que creemos que ver distintos tipos de espectáculos y conocer al mayor número posible de artistas y de danzas nos permite tener una visión muy diferente y amplia de la danza. Además de servir para inspirarnos, aprender y quien sabe si encontrar a un artista con el que queramos dar nuestra próxima clase.
Como añadido especialmente lamentable está la situación en la que un/a artista solo está preocupado por su número y no solo no presta atención al resto del espectáculo si no que no tiene reparos en molestar (llendo a saludar a la familia en medio de la actuación de otra persona, dedicándose a ensayar o a comentar su actuación con las/os compañeras/os). Como asiduas que somos de los últimos asientos de la sala, hemos sufrido estos comportamientos más a menudo de lo que querríamos reconocer.
"Has estado estupenda"
A nadie nos gusta que nos digan que lo hemos hecho mal y nos encantan los elogios. Eso es así. Pero a veces la adulación se nos va de las manos y es que estamos perdiendo el sentido crítico a la hora de ver una actuación. La única manera de mejorar y solucionar nuesrtros errores es en primer lugar conociéndolos. No se trata de comentar con malicia los errores, si no de hacerlo de una forma constructiva y sobre todo sincera. Como artista se debe saber que en el momento en el que uno se sube al escenario se expone a un torrente de críticas, en mucho casos mudas, y no todo el mundo nos mira con los ojos cariñosos de nuestros amigos y familiares. Por eso, por favor, aceptad las críticas, ofreced vuestras propias críticas a vuestros compañeros. Especialmente si eres profesor, tus alumnos pagan y se esfuerzan para que les enseñes. No les dejes hacer una actuación de la que pueden avergonzarse en el futuro.
"Lo que importa es que está hecho con cariño"
Y no negamos que ponerle amor y pasión a lo que uno hace es importante y es más que suficiente cuando uno se dedica a esto por ocio, pero a la hora de hacer algo de forma "profesional", como su propio nombre indica, requiere algo más que ilusión. Requiere nuestro esfuerzo y nuestro empeño en realizar el mejor trabajo posible. Y es que cuando la gente paga por nuestro trabajo adquirimos una responsabilidad y no podemos simplemente ofrecer cualquier producto solo porque le tengamos cariño porque eso puede llevar a que la persona que paga se pueda llegar a sentir estafado. Solo tratemos de imaginar ese tipo de comportamiento en cualquier otra rama profesional e imaginemos que somos nosotros los que pagamos por un servicio menos que mediocre pero realizado con mucho amor...
No decimos que no deban existir ese tipo de espectáculos, pero hay que llamar a cada cosa por su nombre para no llevar a engaño al espectador.
"Soy belly dancer profesional"
Como consecuencia de la falta de crítica sucede que muchas personas se sienten capaces de ponerse a dar clases aún cuando su formación no está completa. Poco podemos decir de este tema que no se haya dicho ya. Pero por favor, antes de que uno se ponga a dar clases debe estar convencido de que de verdad puede aportar una formación de calidad.
Otra variante (menos peligrosa pero igualmente habitual hoy en día) es la persona que se pone a bailar de forma profesional en teterías y eventos sin saber hacer un shimi correctamente. Para quien entiende un poco de danza y lo ve es algo triste, pero peor es cuando alquien que no entiende lo ve y se lleva una impresión equivocada de lo que es este arte. Especialmente cuando se reemplaza la falta de técnica por un exceso innecesario de sensualidad/sexualidad. (Y que conste que no estamos en contra de los números con cierto erotismo, pero siempre acompañados de una técnica apropiada que de a entender que se trata de danza y no de un simple bailecillo erótico. Es más, reconocemos abiertamente ser fans de ciertas bailarinas de burlesque que son capaces de dejarnos con la boca abierta con su gracia y su carisma).
Y como estos ejemplos hay muchos más. ¿Se os ocurre algún otro? Escríbelo en los comentarios o envíanoslo para que lo añadamos a la lista. Y ya sabeis, el que esté libre de pecado...
Besitos de parte de
La Odalisca.
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