Retomamos una sección que nos encanta y que teníamos algo olvidada gracias a las preguntas que nos enviáis. Ana Yagüe nos escribía un mensaje en el artículo anterior preguntándonos si podía reducir el tiempo de reposo de su masa de henna introduciéndola en el horno. La respuesta no era tan sencilla para responderle en el mismo comentario así que hemos decidido hacer un artículo propio a las formas para modificar el tiempo de reposo de la henna.
Acelerar el proceso:
A veces no tenemos tanto tiempo como necesitaríamos para obtener la masa adecuadamente oxidada y queremos adelantarlo un poco. Esto nos pasará sobretodo en invierno cuando la temperatura ambiente es más fría y el proceso tomará más tiempo que durante los meses de verano. Para ello tenemos varios métodos que pueden ser útiles para ahorrarnos algo de tiempo.
Una forma sencilla de aumentar la temperatura de nuestra mezcla es meter un par de minutos los limones al microondas antes de exprimirlos. Con esto no solo conseguiremos que la mezcla esté algo más caliente, sino que seremos capaces de sacar más jugo a cada limón. De todos, este el método que nosotras preferimos para acelerar el proceso, pues es el que menos altera la mezcla de henna que hemos preparado y puede hacer que nuestra mezcla esté lista para ser utilizada en tan solo un día de reposo.
Otro método muy útil es mezclar nuestro zumo de limón exprimido con algo de agua bien caliente (¡que no hierva!) consiguiendo así una temperatura muy superior para nuestra mezcla. Con este método se puede aumentar mucho la temperatura de nuestra mezcla, pero a cambio rebajamos su acidez y, por tanto, su potencial para liberar el pigmento. Además hay que tener cuidado con las quemaduras que el agua a esa temperatura pueda hacernos y si nos excedemos en la temperatura corremos el riesgo de que la mezcla expire antes de que nos haya dado tiempo a utilizarla.
Por último, podemos meter nuestra mezcla al horno (¡no más de 40º!), pero hay que tener cuidado con este método por varios motivos. En primer lugar necesitaremos un recipiente adecuado para horno que no sea de metal, pues como ya hemos dicho el proceso de pigmentación es oxidativo y puede colorear el metal haciéndolo inservible para futuros usos. También hay que tener mucho cuidado a la hora de controlar la temperatura, pues si nos pasamos es fácil que la mezcla se oxide demasiado y pierda parte de sus habilidades de teñido. Sobre todo hay que tener cuidado con las quemaduras que esas temperaturas pueden hacer en nuestra piel y tener en cuenta a la hora de calcular el tiempo de reposo que deberemos dejar antes de poder utilizar nuestra mezcla después de haberla metido en el horno.
Retrasar el proceso:
También puede darse el caso de que necesitemos más tiempo antes de que nuestra henna esté lista. Quizá estemos en un caluroso día de verano, hayamos preparado nuestra mezcla con un par de días de antelación y el día anterior al que teníamos planeado utilizarla suceda algo que nos haga cambiar de planes de forma imprevista. No queremos congelar nuestra mezcla pues aún no está lista y descongelarla después puede quitarnos mucho tiempo. Por suerte hay un par de métodos para hacer que el proceso de oxidación de nuestra mezcla sea algo más lento de lo normal.
Para retrasar el proceso no hace falta ser tan cuidadoso como a la hora de acelerarlo. Es suficiente con mezclar nuestro zumo de limón con agua del tiempo, así reduciremos su acidez y tardará más tiempo en realizar su proceso químico. Si aún así necesitamos retrasarlo más siempre podemos meter nuestra mezcla (debidamente protegida) en la nevera.
¿Conocéis algún otro método para modificar el tiempo de reposo de la masa de henna? ¿Habéis probado estos? ¿Qué resultado os ha dado? No dudéis en comentar vuestras dudas, sugerencias y experiencias. Estamos encantadas de leeros.
Besitos de parte de
La Odalisca.
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