Porque no iba a ser siempre todo bonito. La danza oriental, como todo, tiene sus luces y sus sombras.
Os dejamos aquí una crítica a un suceso que cada vez se da más a menudo:
Como de costumbre, me encontraba
rebuscando en la red sobre información, cursos y eventos de danza oriental cuando he
encontrado algo que ha terminado por amargarme el yogur. Hoy en día cada
profesor elije en mayor o menor medida a qué precio pone sus clases y talleres.
He oído y leído quejas e incluso he visto a gente realmente indignada cuando ha
visto que en algún lugar se ofrecían dichas actividades a bajo coste. Según los
detractores de esas ofertas, ese tipo de precios hacen que baje el prestigio de
los profesionales que se dedican a ello y que previamente se han gastado su
buen dinero en formarse ellos mismos. Hasta ahí todo podría ser normal, debates
hay en todas partes. Argumentos en contra y a favor hay muchos y muy buenos.
Sin embargo, esa misma libertad que permite a algunos ofrecer clases por
precios míseros también hace que sea posible que otros pidan precios
astronómicos. La danza oriental es algo que hoy por hoy no
está controlado por ningún tipo de ley ni de consenso y por ese mismo motivo no
hay ningún (o casi ningún) curso que realmente tenga valor oficial. Así y todo, he visto talleres que
costaban más que una mensualidad entera de clases. Precios imposibles de pagar
por muchos de los que estamos interesados en la danza oriental. Es cierto que
muchos de esos talleres requieren una especialización por parte del maestro y
que ofrecen “temario” que por norma general no está incluido en las clases
regulares.
Pero, dejando a un lado mi opinión personal sobre ese detalle, lo
que me ha escandalizado en esta ocasión ha sido encontrar una serie de talleres
de “formación profesional” (término que por cierto, me parece del todo
inapropiado por ser idéntico al de la formación reglada y que muchos podrían
confundir con algo verdaderamente oficial) en el que se llegaba a pedir más de
150€ por taller (más de 25€ la hora) y en el que era necesario realizar el
curso al completo. En total más de 600€ por cuatro talleres. Eso sí, los
profesores con mucho nombre.
Y yo me pregunto, ¿Habrá alguien
que lo pague? ¿Merecerá la pena? Supongo que nunca lo sabré puesto que hay
personas que no podemos permitirnos pagar esa cantidad y a las que ya nos cuesta bastante conseguir
el dinero para pagarnos las clases regulares.
Queremos animaros a seguir participando en este apartado con vuestras opiniones, ideas, sugerencias o lo que queráis y os alentamos también a expresar vuestra propia opinión mediante comentarios en esta misma entrada o en la página de facebook.
Besitos de parte de
La Odalisca.
Yo creo que cada cual es muy libre de valorar su trabajo en la cantidad que considere, ahora bien, si se pasan con el precio se arriesgan a no tener quien quiera comprar su producto o en este caso servicios y si cobran demasiado poco a que su trabajo sea infravalorado y no cubra sus necesidades. Por supuesto el hecho de que alguien no pueda permitirse pagar un precio por algo no significa necesariamente que el precio tenga que ser excesivo, son muchos los factores a valorar. Sobre el tema de tener titulaciones oficiales o no.... en fin, yo soy poco amiga de las titulitis y valoro mucho más los conocimientos adquiridos o lo que se disfrute.
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